lunes, 26 de mayo de 2008

Fin del periodo


Además del impulso dado durante su mandato a las diferentes obras públicas y los medios de transporte y comunicación, Guzmán Blanco adoptó medidas legales que ayudaron en forma notable a la modernización del Estado y la sociedad venezolana. Entre ellas están: el Decreto de instrucción pública, la creación de la Dirección General de Estadística, el levantamiento de censos nacionales, la redacción de los códigos Civil, de Comercio, Militar y Penal y la unificación de pesas y medidas, aparte de la ya mencionada creación de la unidad monetaria, el «bolívar de plata». Durante todo su gobierno, el periódico La Opinión Nacional fue el gran vocero del régimen utilizado por Guzmán Blanco para promover su proyecto político, para defender y divulgar las actuaciones del Gobierno y minimizar sus errores o problemas; pero al mismo tiempo, fue igualmente un órgano de difusión del pensamiento más moderno que llegaba a Venezuela. Antonio Guzmán Blanco constituye la personalidad política de mayor relieve en la segunda mitad del siglo XIX.

Protector de la masonería venezolana, Serenísimo Gran Maestro Grado 33°, fue sin duda una de las figuras más prominentes de la organización masónica venezolana, a la cual no sólo le brindó cariño y respeto, sino que también trató de engrandecerla.


"La Masonería tiene todavía una gran labor que cumplir; el imperio del progreso y del porvenir pugnando por la paz como condición inexorable de toda saludable conquista y condenando la guerra como el irrevocable medio de éxito que pueden tener las usurpaciones de fanáticos únicos enemigos del Supremo Creador y su predilecta Humanidad"


Antonio Guzmán Blanco


Su retiro puso fin al más extenso y dinámico período de desarrollo y de cambio en la historia de Venezuela durante ese siglo. En apenas 2 décadas había reorientado la evolución política y económica del país, para lo cual utilizó como un instrumento su alianza con los comerciantes y los caudillos. Sus dos ideas-fuerza fundamentales: el «centralismo» (aun conservando las apariencias del federalismo) y el «nacionalismo», que fueron los temas más críticos del siglo XIX, pasarían a ser hechos aceptados y a constituir elementos importantes de la filosofía política del siglo XX en Venezuela En el septenio las características ególatras de su personalidad que se agudizan en el Quinquenio van a deformar y a desviar su labor creadora de gobernante, la cual también se ve empañada por la forma como dispuso, en provecho personal y de los suyos, de las ventajas que brindaba el manejo del erario nacional.


Como en buena medida el éxito del proyecto modernizador descansa en el influjo inmediato de su persona, poco a poco comienza a descoyuntarse cuanto edificó durante 18 años. Por lo pronto deja un émulo poderoso, el general Joaquín Crespo y un grupo de políticos civiles cuya ambición es el poder, sin dependencia de los factores tradicionales del liberalismo.
Bajo su mandato se pusieron en marcha varios proyectos modernizadores en lo civil, político y económico, y se realizaron importantes obras de urbanismo y ornato para Caracas que significaron un tiempo de florecimiento cultural y modernización del país.
Al declinar su estrella, se produce un período de pugnas y anarquía caudillistas que marcan en tonos grises el fin del siglo XIX venezolano.



Estatua de Antonio Guzmán Blanco, "El Manganzón", 1879, ubicada en la Plaza La Ley frente al Palacio de las Academias.


En febrero de 1877, asciende Francisco Linares Alcántara a la presidencia. En su primer manifiesto al país promete continuar la política del Ilustre Americano, sin embargo, el cambio de gobierno propició la reacción contra éste. Ella vino desde Valencia y Puerto Cabello. En los periódicos El Comercio y El Venezolano, diversos escritores se pronunciaban por la inauguración de una era sin presiones ni confinamientos y con libertad de prensa. En Caracas, comenzó a atacarse a Guzmán Blanco a propósito del contrato del proyectado ferrocarril Caracas-La Guaira. En el Congreso, el líder del movimiento intelectual antiguzmancista va a ser el general Nicanor Bolet Peraza.


El 11 de diciembre de 1878 se reunió la Constituyente convocada. La Asamblea ordenó demoler las estatuas de Guzmán Blanco y anuló los decretos de honores que se le habían conferido. El encargado del Ejecutivo procedió al ejecútese y el 22 de diciembre, en acto público fueron derribadas en Caracas las 2 estatuas del Ilustre Americano.


Cuando dejó el Poder en 1888, se retiró a la vida privada, estableciéndose en París, donde realizaba una activa vida social. Falleció el 28 de julio de 1899. A más de 76 años de su muerte, los conservadores, aquellos elementos fanáticos, que no quieren perdonar su ímpetu arrollador para impulsar la cultura y el progreso de la nación, todavía siguen echando lodo sobre su memoria. Olvidan que Guzmán Blanco, fue el gran civilizador que tuvo Venezuela. Guzmán Blanco fue un autócrata durante dos décadas. Realizó un gobierno personalista y ajustó la Constitución a su conveniencia. Su mayor aporte a la historia venezolana fue la labor civilizadora y modernizadora de una Venezuela rural y abatida por los estragos causados por numerosas revoluciones y la Guerra Federal.

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